Un año más estuvimos en esta clásica carrera cartagenera que cumplía su XVIII edición pese al parón de 6 años por causas políticas entre los años 2003 y 2009.
Tras sufrir en los últimos 300 metros de alto desnivel antes de la cima, nos encontrabamos en la Fuente del Sapo, pero un año más, y como marca la tradición, no vimos al anfibio bufónido, o sea al vulgar "sapo".
Sólo las hojas de la "Ficus carica" o higuera nos señalaban el emplazamiento de la fuente, que repito, casi nadie ve en carrera.
Y este año hubo récord de participantes con 450 atletas, siendo una vez más, el club Marathón Cartagena el más numeroso.
La prueba tiene un recorrido duro de 8'3 Km. con una subida inicial progresiva de 5 Km. y una bajada vertiginosa de 3'3 Km. con algún repechón intercalado.
La prueba se suele disputar con calor, con más de 30º, pero este año los termómetros marcaban 25º y durante el calentamiento una breve tormenta refresco el ambiente, dejando una tarde ideal para correr.
Con la lluvia esperabamos ver por primera vez al "sapo" de la fuente, que se sitúa justo al coronar la colina en el Km. 5.
Una pequeña higuera nacida en el interior de la fuente nos indica la situación de la misma, a la izquierda del recorrido, pasando desapercibida para la mayoría de los corredores.
Una pequeña higuera nacida en el interior de la fuente nos indica la situación de la misma, a la izquierda del recorrido, pasando desapercibida para la mayoría de los corredores.
Los primeros metros se corrieron por el asfalto mojado de la pedanía cartagenera, pero cual fue la sorpresa al encontrarnos seco el camino de tierra a la altura del segundo kilómetro.
La tormenta fue muy puntual y estaba claro que no cayeron gotas sobre la Fuente del Sapo.
Hasta las mina Las Matildes el camino va subiendo poco a poco, hasta que el comienza en el Km. 3'5 la parte más dura, por el desnivel y por el terreno irregular por los estériles de las minas que antaño exploraron los romanos.
Sólo las hojas de la "Ficus carica" o higuera nos señalaban el emplazamiento de la fuente, que repito, casi nadie ve en carrera.
La gente se lanza a tumba abierta por la primera rampa sin percatarse de la misma, y luego surge la pregunta de todos los años...
¿Donde estaba la Fuente del Sapo?...
¿Donde estaba la Fuente del Sapo?...
No vimos el sapo pero si el "tritón" del vencedor, Alberto González Conesa, hijo de nuestro compañero Antonio.
La bajada fue muy rápida hasta la meta, tomando precauciones en las bajadas peligrosas entre el Km. 5 y 6.
La bajada fue muy rápida hasta la meta, tomando precauciones en las bajadas peligrosas entre el Km. 5 y 6.
Al final paré el crono con un tiempo de 35:29 (a 4:16/Km.) mejorando ostensiblemente el tiempo del año anterior.
Tras la ducha en el Campo de Fútbol, nos quedamos a redondear la noche, cenando con los compañeros del club Marathón Cartagena, en "La Cabaña de Saura" tomando platos típicos como los michirones, el pescaito frito, los caracoles "chupaeros" y unos huevos estrellados con patatas fritas que superan a los del mítico Lucio de Madrid, y así lo atestiguan los madrileños veraneantes en La Manga del Mar Menor.
¡ Será posible que no saliese el sapo!