viernes, 17 de octubre de 2008

Diario de un sátiro

En mi “Blog del Peralico” cuelgo noticias relacionadas con el atletismo y su entorno pero en esta ocasión y a raíz de la censura en la capital madrileña del cartel publicitario de la película “Diario de una ninfómana” no puedo reprimir mi indignación ante el atropello del conservadurismo-machismo español, por un lado hipócrita y por otro envidioso.

La foto de la polémica es una preciosa foto desde el punto de vista artístico, mucho menos provocativa que infinidad de propagandas de ropa interior masculina y femenina que aparecen en las vallas publicitarias, prensa y televisión.
Sin embargo se permite la emisión de anuncios más nocivos referentes al alcohol o la violencia (al menos del tabaco no), en horarios incluso infantiles.




¿Qué hubiese ocurrido si en vez de una mujer es un hombre, y la película fuese “Diario de un sátiro”? Nada de nada, es más esta gente represora y reprimida serían los primeros en aplaudir ese anuncio.

Este país está lleno de hipócritas. El sexo es lo más natural del mundo, y a quien no le guste que se abstenga, pero que deje de “joder” a los demás, ya que ellos realmente no joden o joden mal.

Este país está lleno de envidia, en todos los ámbitos de la vida, pero en el tema amoroso-sexual aumenta hasta límites insospechados, con puñaladas traperas, falsos testimonios e invenciones varías, incluso por aquellos que tienen la gala de ser tus amigos.

Ya lo decía el genio D. Francisco de Quevedo: “la envidia está flaca porque muerde y no come”.

La censura del cartel no puede venir más que de individuos conservadores, meapilas, machistas, hipócritas, reprimidos y llenos de envidia. Son aquellos que califican el sexo como algo sucio y degradante y que siempre están cuando salta un escándalo sexual (prostitución, pederastia, etc.). Son aquellos que como no tienen nada más que hacer en esta vida se dedican a cotillear, imaginar, controlar... a aquellos que presumiblemente disfrutan del amor y el sexo. Son aquellos en los que sus sueños eróticos y pensamientos están llenos de mujeres ninfómanas, de “ménage à trois”, de lesbianas, etc. reflejo de su frustración.

Desde el punto médico la ninfomanía no es ninguna patología, la voracidad sexual no es ningún problema, ni en el hombre ni en la mujer. Solamente en el caso de ser un trastorno obsesivo-compulsivo plantearía una terapéutica.

La libertad de vivir la sexualidad como uno quiera es un derecho de la persona y que todos deben respetar.

Una de las voces de Mayo del 68 (tenía 10 años y ya tuve conciencia de su significado) era: “Haz el amor y no la guerra”.
¿Hay algo más bonito en esta vida que el amor?...

Volviendo al cartel de la película, decir una vez más que es un retrato sensual que no pornográfico, realizado con muy buen gusto.

Y por supuesto iré lo antes posible a ver la película “Diario de una ninfómana” basada en la novela de Valérie Tasso.

Ya os contaré